Sociedad Excéntrica se ha volcado desde su formación en la promoción de jóvenes artistas que, afines a nuestro gusto por lo antiguo (evitando caer en lo rancio, por supuesto), parecen no tener cabida en las galerías que invaden las calles de nuestra ciudad. Porque seamos sinceros: en Barcelona el número de artistas por metro cuadrado es superior al de bolsos de imitación. No son invenciones de este humilde redactor; es pura estadística. Y si algo nos ha enseñado la economía es que ésta nunca engaña. Pero, del mismo modo que en esos bolsos siempre aparece alguna tara que les resta valor, estos “artistas” no poseen ni un ápice del talento que desbordan los auténticos merecedores de tan insigne título.
Nosotros tenemos la suerte de
poseer un auténtico Birkin de Hermès, en piel de avestruz y con cierre de
platino. Uno de esos artistas que, aunque nunca encuentre un rincón en las
paredes de algún museo, puede enorgullecerse de crear Arte en mayúsculas. Su
propio nombre es un reflejo de su singularidad, no sólo como artista, también
como individuo. Sacó “Tadzio” de “Muerte en Venecia”, una película basada en la
obra homónima de Thomas Mann; y añadió “Autumn” en honor a una cantante tan
fascinante como él mismo. Sociedad Excéntrica presume de ser el primer medio en
entrevistar al que, esperamos, va a convertirse en una importante figura del
panorama artístico nacional. De ahí al internacional hay sólo un paso. Sin
embargo, no es algo que nos preocupe demasiado: la calidad de su obra será
incuestionable, ya sea en el “Louvre” o acumulando polvo en la pared de un bar
de periferia.
Sociedad Excéntrica: ¿Cómo empezó
tu interés por la fotografía y el arte en general?
Tadzio Autumn: Siempre he tenido esa sensibilidad por el dibujo y
el resto de manifestaciones artísticas: pintura, escultura, arquitectura… Cambiar
el papel de espectador por el de artífice fue sólo cuestión de tiempo. Victoria
Francés jugó un papel crucial en mi “conversión”, y es que gracias a ella he
conocido muchísimos ilustradores con los que me relaciono y de los que aprendo
constantemente. La fotografía la conocí algo más tarde, unos cuatro años atrás,
a través de fotógrafos tanto jóvenes como consagrados. Cuando contemplaba su
obra sólo pensaba “Quiero hacer esto”. Finalmente dejé a un lado el dibujo
porque vi que con una cámara podía plasmar mucho más que con lápices de
colores.
S.E.: ¿Por qué desempeñas la
función tanto de fotógrafo como de modelo? ¿No te sería más fácil estar
únicamente tras la cámara?
T.A.: Al ser yo el modelo, la fotografía siempre ha sido
para mí una especie de terapia, me permitía conocerme a mí mismo e indagar en
rincones que no habría descubierto por otra lente que la de mi objetivo.
S.E.: ¿Cuáles son tus principales
influencias?
T.A.: Cualquier cosa puede resultar inspiradora, desde una
obra literaria a una melodía cuyo origen desconocemos. Centrándome en estilos y
autores, tengo que destacar el prerrafaelismo, pues me fascina de la obra de
Waterhouse y J. E. Millais; ilustradores contemporáneos como Luis Royo y
Victoria Francés… Sin pasar por alto el Barroco, claro. Últimamente estoy
obsesionado con Caravaggio y su increíble dominio del tenebrismo. Si tuviera
que citar a todos los fotógrafos a los que admiro, la lista sería interminable:
David LaChapelle, Annie Leibovitz, Natalie Shau, Gottfried Helnwein, Henri
Cartier-Bresson, Steven Klein… Y también compañeros a los que he tenido el
placer de conocer personalmente, como Lidia Vives.
S.E.: A pesar de todos los nombres
que has citado, no puede decirse que tus fotografías sean una burda imitación. Has
conseguido crear un universo propio. ¿Cómo lo definirías?
T.A.: Últimamente me he volcado en ponerle un nombre a mi
estilo. No es una tarea sencilla, aunque tengo muy clara cuál es mi intención cuando
me pongo tras la cámara. Yo quiero crear mi propio mundo, no sólo ofrecer
imágenes bonitas. Mi Arte significa querer salir e ir más allá, a lo
trascendental; dejar de ser humano y alcanzar lo bello; sobrepasar límites,
rebelar lo oculto, rebelar lo siniestro y quererlo, amarlo hasta morir. En
definitiva: ser Inmortal.
S.E.: ¿Qué hay de la simbología que
abunda en tus fotografías?
T.A.: Me gusta incluir simbología en mi obra; y ya no sólo
símbolos, también otros mensajes ocultos que la dotan de más valor. Cada
elemento que incorporo esconde una historia: nada de lo que aparece está ahí
sin una razón. No se trata sólo de hacer algo bonito, atractivo visualmente;
cómo ya he dicho, cuando creo siempre pretendo ir más allá. Mi acercamiento al
paganismo y mi amor por la mitología se hacen patentes al rasgar un poco la superficie,
lo que requiere algo de esfuerzo por parte del espectador.
S.A.: ¿En qué estás trabajando
ahora? ¿Cómo logras compaginar la creación artística con tus estudios?
T.A.: Ahora mismo estoy trabajando en la serie “Witchcraft”
y en otros proyectos alternativos. No obstante, siempre procuro buscar nuevas
series, nuevos conceptos y, sobre todo, evolucionar.
Respecto
a los estudios, aún estoy en primer curso, por lo que apenas tengo tareas y
dispongo de mucho tiempo libre. Aunque debo decir que, si no lo tuviera, no se
me ocurriría dejar a un lado la fotografía: para mí se ha convertido ya en una
necesidad.
S.E.: Puede apreciarse una
evolución constante en tus trabajos. ¿Crees que es importante reinventarse?
T.A.: Lo peor que le puede pasar a un artista es que se
estanque. Eso supone caer en la repetición, algo que todo buen artista debe
evitar. No se trata simplemente de una mejora de la técnica, pues es evidente
que cada obra debe superar a la anterior; también debe ofrecer algo nuevo en cada
trabajo. Encontramos un ejemplo magnífico de ello en Picasso y en otros grandes
artistas que experimentaron un cambio radical en cada una de sus etapas.
S.E.: ¿Para ti el Arte es un mero
trabajo, una profesión como cualquier otra; o, por el contrario, forma parte
también de la persona que se esconde tras el Tadzio fotógrafo?
T.A.: Creo que un trabajo que te apasiona siempre forma
parte de ti, ya seas carpintero o artista. Mientras sea algo que te haga
disfrutar no podrás evitar volcarte plenamente, dejar una parte de ti en lo que
haces.
S.E.: ¿Es fácil vivir del Arte en
España? ¿Cómo ves tu futuro dentro de este mundo?
T.A.: El lugar donde vives carece de relevancia. Puedes
estar afincado en España y trabajar para un cliente en Japón. Quizás se me
tache de optimista pero creo que en el Arte hay futuro si buscas bien, si
tienes contactos y mucha paciencia, si te esfuerzas en encontrar clientes, y,
por supuesto, si tu Arte vale. Esta última es una condición indispensable.
S.E.: ¿No has pensado organizar
alguna exposición? Podrías empezar por una pequeña galería y después… Bueno,
quién sabe.
T.A.: Sí, lo tengo previsto y, de hecho, estoy buscando el
lugar donde hacerlo. Me gustaría que la primera fuera en mi ciudad natal,
Fraga, y a partir de ahí expandirme. En verano intentaré encontrar alguna sala
en Barcelona.
S.E.: ¿Cómo ha ayudado Internet a
la difusión de tu obra?
T.A.: Internet me ayudó en mis inicios y lo sigue haciendo
ahora. Es una pieza clave sin la cual sería imposible que mi obra llegara a
tanta gente. Las redes sociales han permitido que personas de todo el mundo conozcan
mi trabajo; y no sólo eso, sino que yo mismo he encontrado a decenas de
ilustradores y fotógrafos que me han inspirado mucho y me han permitido
evolucionar.
Para que esto último siga siendo posible, os animamos encarecidamente a seguir a Tadzio Autumn en FACEBOOK para estar al día de todas sus novedades. Esperamos que pronto podáis admirar su trabajo fuera del ciberespacio; Sociedad Excéntrica estará encantada de ayudar a este joven artista a organizar su primera exposición. Hasta entonces podéis ver todas sus fotografías haciendo click en el enlace.
No podemos despedirnos sin mostrar antes el fantástico boceto que ha dedicado a este espacio.
Este texto también será publicado en el blog del entrevistador
SUPERFICIE Y SÍMBOLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario