
Santa N
En un ambiente circense, una maleta se abre en un teatro y aparece, de repente, una mujer de su interior. A los gestos de su acompañante, el ilusionista, ella responde bailando con tres pares de brazos, cual bailarina oriental y misteriosa de los años 20. No se trata del Gabinete del Doctor Caligari, ni del robot maléfico de Metrópolis. Es “Todo para mí”, una canción donde Mariona Aupí encarna al arquetipo perfecto de femme fatale. Mediante la mentira, el engaño y la manipulación, consigue cuanto se propone.
Las canciones de Santa N suelen tener este matiz melancólico de las películas expresionistas, con sus letras tristes y dolorosas, con sus melodías lentas y la voz desgarrada de Carlos Ann. Sin embargo, dejan lugar también a la alegría, la comicidad y sobretodo la esperanza, como se observa en canciones como “No me quejo”. Cualquiera pensaría que una canción que comienza con una melodía triste y la frase “estoy en la más absoluta miseria”, no puede terminar bien. Sin embargo, el estribillo produce un giro inesperado donde alguien nos cuenta que, a pesar de todo, es necesario seguir adelante. Resulta paradójico que semejante contexto se convierta en un canto a la vida.

El universo que forman ambos artistas es, por lo tanto, muy ecléctico, aspecto del cual están muy orgullosos, pues piensan que no tienen por qué escoger entre aspectos distintos si ello enriquece su estilo musical.
Escúchales en:
http://www.myspace.com/santanoficial
S.E.
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S.E.
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